Una de las decisiones más importantes para todo emprendedor en el panorama de competencia actual en el que se desenvuelven las empresas en general, tiene que ver con la definición y estructuración de la solución a ofrecer, y por supuesto, del negocio que se quiere emprender.

Aunque se reconoce que no existen fórmulas mágicas ni secretos para asegurar la permanencia y supervivencia de una empresa en el mercado o el éxito de la misma, no es secreto para nadie que la base o el punto de partida para emprender un negocio radica en la existencia y desarrollo de una idea, una idea que puede ser considerada como promedio, si se siguen esquemas tradicionales de operación o se ofrecen productos y servicios sin mayor diferenciación de la oferta, o bien, puede considerarse como innovadora, si se cuenta con modelos de negocio disruptivos, o con productos y servicios ofertados al mercado caracterizados por tener elementos diferenciadores.

Es en este contexto, que la ideación adquiere un papel fundamental en el largo camino del emprendimiento, al entenderse como el proceso creativo de producir, desarrollar y comunicar nuevas ideas. Así, la ideación se concibe como una fuente de inspiración para el equipo emprendedor que está detrás del negocio, y como insumo principal para la denominada creación de valor por parte del emprendimiento.

Entendiendo la importancia de generar ideas de emprendimiento innovadoras que contribuyan a revolucionar el mercado y satisfacer de forma directa las necesidades de los clientes, y gracias a la “Beca para el desarrollo o fortalecimiento de plataformas digitales en el marco de la economía naranja” en cabeza del Ministerio de Cultura, la plataforma virtual de educación MAVI Academy, pone a disposición de los emprendedores, empresarios y la comunidad en general, una ruta de emprendimiento, desarrollada de forma específica para fortalecer las habilidades emprendedoras acordes con la demanda del mercado y el contexto actual, así como un curso de Idea de negocio, útil para las primeras etapas del camino como emprendedores.

LA IDEACIÓN Y LA CREATIVIDAD

Dentro de ese punto de partida para el desarrollo de los negocios, la creatividad es pieza clave. De hecho, la ideación implica la aplicación de la creatividad para pasar a generar el cúmulo de ideas que se requiere en el robusto proceso de poner en marcha proyectos de emprendimiento, así como evaluar aquellas ideas que realmente se puedan asociar satisfacer una necesidad o resolver un problema del mercado, o bien sea atender una oportunidad presente en el entorno.

En términos generales, la creatividad se relaciona con la capacidad que tienen los individuos de crear nuevas ideas o asociaciones entre ideas y conceptos, de tal forma que se pueda contar con soluciones caracterizadas por su originalidad. Así las cosas, la incorporación de la creatividad en los procesos de ideación, se hace evidente el trabajo mental, la imaginación, la originalidad para reflexionar acerca de hechos concretos o ejercer raciocinios sobre fenómenos que nos rodean.

Aunque la ideación está asociada con el uso del pensamiento creativo, esta creatividad debe ser canalizada y gestionada de forma adecuada, en aras de alcanzar el objetivo propuesto para la ideación, ya sea crear un nuevo producto, ajustar un producto existente, mejorar un proceso, entre otros. Sin una razón de ser concreta, conocida y concertada por todos los participantes del proceso de ideación, no se podrán obtener los resultados esperados.

EL PROCESO DE IDEACIÓN

La aplicación de la creatividad en la ideación, se hace evidente desde dos fases o etapas claramente definidas y que ponen de manifiesto el pensamiento original que caracteriza al proceso de generación y posterior desarrollo de ideas de negocio.

En primer lugar, se cuenta con una fase de pensamiento divergente, en la que tiene lugar la producción de las ideas por parte del equipo de trabajo, como producto de la reflexión, el raciocinio, el pensamiento creativo y la imaginación constructiva. Dentro de esta etapa no debe haber restricciones de ningún tipo a la hora de generar ideas, y se tiene un espacio incluso para el error, de allí la importancia de que se pueda propiciar el espacio idóneo para que los miembros del equipo de trabajo puedan crear y proponer ideas de negocios y soluciones sin limitaciones y sin miedo al fracaso.

Seguido a esta fase, tiene lugar la fase de pensamiento convergente, o etapa de evaluación, en la cual se pasa a revisar en detalle las ideas previamente generadas en la fase de pensamiento convergente, para someterlas a una evaluación en función de sus beneficios, potencialidades y riesgos que este conjunto de ideas puedan generar. Esta fase está especialmente caracterizada por el uso de la razón, la lógica y la experiencia, como parte de nuestra habilidad emprendedora.

Finalizada esta etapa, nuestra idea de negocio está lista para ejecutarse, en una fase de desarrollo o implementación, en la cual se puede evidenciar la mejora de un proceso, el diseño de productos, la configuración de servicios, en muchos casos pasando a desarrollar un prototipo o producto mínimo viable que de muestra de la implementación de la solución final a ofrecer al mercado.

¿CÓMO IDENTIFICAR IDEAS INNOVADORAS?

Aunque se reconoce la existencia de tres fases claramente definidas dentro del proceso de ideación, es fundamental que las ideas de negocio generadas sean catalogadas como innovadoras, de tal forma que podamos diferenciarnos de nuestra competencia y ante todo crear productos, procesos y servicios de alto valor agregado.

Contar con emprendimientos innovadores, o ideas de negocio con un factor diferencial evidente, requiere que nuestros sentidos estén al servicio de dicho proceso creativo, haciendo énfasis puntual en la observación, que nos permite examinar con atención, una situación o fenómeno de nuestro entorno tanto inmediato como a escala global, como insumo para detectar, interpretar y analizar información.

Así, algunos tips a seguir para potenciar la observación y generar ideas de negocio innovadoras son los siguientes:

Observar el mercado: Es preciso conocer en detalle nuestro mercado objetivo, centrando la atención en el cliente y consumidor a atender. En este caso, es útil conocer qué tipo de productos son comprados con mayor o menor frecuencia y cuál es la percepción de los clientes en torno a la situación a abordar.

Observar la empresa: Otro elemento para identificar ideas innovadoras consiste en explorar nuestro negocio, cómo está operando en la actualidad y cómo queremos que opere en el mediano y largo plazo. Para ello, es útil analizar la mezcla de productos y servicios ofrecida, qué ventaja competitiva nos representa, así como los elementos que aportan valor a los clientes.

Observar el entorno: La exploración del entorno externo es clave para configurar ideas innovadoras, incluyendo el análisis de los factores políticos, sociales, económicos, culturales, ambientales y tecnológicos que puedan afectar el negocio, prestando especial atención a la forma en que los factores del entorno puedan aprovecharse para beneficio del proyecto.

Observar la competencia: Compararnos con la competencia es un ejercicio sano para aprovechar las oportunidades del entorno y generar emprendimientos innovadores. En este ítem, es clave preguntarnos cuáles son los productos ofrecidos por los consumidores, y qué estrategias están implementando los competidores para ganar participación en el mercado.

Observar los colaboradores: Una fuente de innovación es el análisis de los agentes que actúan como colaboradores de nuestro proyecto, para lo cual conviene ahondar en la identificación de sus fortalezas, así como en los posibles beneficios derivados de una eventual alianza con dichos colaboradores.

En definitiva, e independientemente de los tipos de emprendimiento, la ideación debe ser entendida como un proceso sistemático y complejo en el que la creatividad del equipo de trabajo participante desempeña un papel fundamental, generando ideas de negocio caracterizadas por su alto valor agregado, y que en la medida de lo posible, pasen a revolucionar el mercado al satisfacer las necesidades y resolver problemas presentes en el mercado.